Dicen que las palabras
sobran,
que no sirven más que para
mentir y engañar…
Que son como trozos de
mentiras enlazadas,
que sólo dañan y lastiman.
Que no hay palabra más fría
que adiós en una despedida.
Que cuando llega el
invierno la lluvia te da la espalda y la calandria se enloquece,
que con el frío algo cambia
en el aire y se hielan las palabras…
Que los niños lloran en los
zaguanes y el cielo se enmudece porque
no canta la calandria…
Dicen que las palabras
sobran…
Y que el mar no habla…
Que el amor acalambra el
alma; que el alma es la hija del amor y del odio, y es la poca cosa pura del
ser.
Dicen también, otros más
sabios, que el día que abrimos los ojos una mujer se hace madre y santa.
Que una vida es corta para
aquellos que no aprenden a caminar.
Que quien aprende a
caminar, aprende a mirar, a hablar, y por sobre todas las cosas, a honrar la
vida.
Dicen que en el cielo las
gaviotas bailan al compás del mar. Que algunas no arriesgan mucho y observan la
tierra a pocos metros; que otras se esfuerzan mucho más, y se pierden entre las
nubes, logrando juntar a multitudes, que se convocan para aplaudirlas.
Dicen los tontos que las
palabras sobran…
Las palabras sobran…
Es como decir, que mis
besos pueden matarte, que en la vida estamos de paso, y que tu y yo estamos de
más.
Las palabras no alcanzan…
Diego Pittaluga (Planeta Lolo)
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